La ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania es quizá el mejor ejemplo de las acusadas diferencias entre las principales urbes del país. Caminando por sus calles antiguas, uno tiene la sensación de estar en un enclave histórico y popular de Europa Occidental. Aquí a nadie le sorprende que Lviv se conozca, a menudo, como la “Pequeña París del Este.
Muchos de sus monumentos y edificios antiguos datan del siglo XIII, y reflejan varios estilos y períodos europeos. Lviv sobrevivió a los conflictos del pasado y se dice que la mitad de los monumentos arquitectónicos de Ucrania se encuentran aquí.
Con sus más de 700.000 habitantes, está considerada uno de los principales núcleos culturales del país.
La ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania es quizá el mejor ejemplo de las acusadas diferencias entre las principales urbes del país. Caminando por sus calles antiguas, uno tiene la sensación de estar en un enclave histórico y popular de Europa Occidental. Aquí a nadie le sorprende que Lviv se conozca, a menudo, como la “Pequeña París del Este.
Muchos de sus monumentos y edificios antiguos datan del siglo XIII, y reflejan varios estilos y períodos europeos. Lviv sobrevivió a los conflictos del pasado y se dice que la mitad de los monumentos arquitectónicos de Ucrania se encuentran aquí.
Con sus más de 700.000 habitantes, está considerada uno de los principales núcleos culturales del país.
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